Páginas

lunes, 8 de agosto de 2011

Leyendas urbanas

El aspecto de ese individuo estaba empezando a no gustarme. No se si alguna vez os habrá pasado. Puede que sean prejuicios: Hay caras, aspectos, poses... que no presagian nada bueno.

¿Imágenes?
Y justo eso me estaba pasando. Esos ojos. El gesto de su boca. -Lo mejor sería largarse de aquí.- En eso estaba pensando cuando aquel tipo me hizo un gesto con la mano que lo mismo podría haber sido un saludo que una provocación.
Yo tenía muy claro que no estaba por la labor de entrar en conflictos. Pero la actitud de ese patán estaba empezando a molestarme, y mucho. ¿Por qué no me voy de aquí ya?
¿Han percibido alguna vez la violencia, la física, antes de que se produzca?
Venía hacia mi y dado que no acertaba a dar con la salida (¿cómo he llegado hasta aquí?) sólo quedaba hacer un rápido recuento de posibilidades.
No parecía que fuese armado. Era de una complexión muy similar a la mía. Hasta aquí lleva las de perder.
Estoy solo. Y parece que él también. Un rápido vistazo a mi alrededor me confirma que de nuevo lleva las de perder. ¡Un momento! ¿Solos?¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
El individuo se acerca a mayor velocidad. Pero la impresión es como si todo estuviese pasando a cámara lenta.
Noto un calor húmedo desde mis muslos hasta mis pies. ¡No puede ser! ¿Qué está pasando? El individuo se desvanece y aparezco yo mismo en el espejo. El lavabo se ha desbordado y el agua caliente baja por mis piernas hasta el suelo.

No hay comentarios: