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sábado, 17 de septiembre de 2011

Un adiós.

No se si os ocurre a vosotros. Pero, de vez en cuando, conoces a personas y, en ese mismo instante, piensas: "Esta persona tiene algo especial".
No se si por la edad o por la vida vivida, Felipe era un tipo sosegado. Sabio en su oficio y fuera de él. Y claro, muy claro en su forma de hablar.
Hasta siempre Felipe
No le conocí mucho tiempo. Pero como no daba puntada sin hilo, aprendí mucho de él.
Ultimamente se distanciaban las visitas. Charlas de cinco minutos que empezaban con un "Javier, si esto ya no tiene remedio. ¿Qué más da uno más que menos?"
Anoche, una llamada: "Felipe ha muerto".
Felipe: no decayó tu ánimo aún cuando tu cuerpo ya no acababa de responder como tu querias. Pudo la enfermedad.
Algún día igual nos vemos, no se bien dónde ni cómo, y charlaremos cinco minutos más. Lo que dura un cigarrillo furtivo. Hasta entonces, descansa. Qué se que no lo harás porque nunca supiste estar quieto. 
¡Hasta siempre, Felipe!

3 comentarios:

Paco Muñoz dijo...

En primer lugar felicitarte por la sensibilidad al recordar al amigo. Veo que Felipe trabajaba la microfusión por lo menos es la tarea de la foto.

Un abrazo

@pepejavier dijo...

Gracias Paco.
Era un fenómeno. No había modelo que se le resistiese.
En más de una ocasión recurrí a él para que me iluminase.
La joyería propiamente dicha, no es mi campo, así que le hacía símiles joyeros y su experiencia y saber hacer intentaba resolver el problema.
Después sólo había que intentar invertir los términos para encontrar la respuesta a mi problema.
Un maestro.

Paco Muñoz dijo...

Vaya, lo siento José Javier.

Un saludo.