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jueves, 15 de marzo de 2012

Es de noche aún.

Cuarto creciente. Gentileza de Jaime Luanco (@jaimeluanco)
Suena el despertador, como cada día. Y como cada día el sueño aún no se ha ido. Despacio y a oscuras, para no despertar a los que duermen, el camino a la cocina. Son costumbres.

Cierro la puerta. 

Y comienza una mecánica disciplina: rebanadas de pan: integral, o de centeno, o con mezcla de harina de trigo y maíz. Van directas a la placa vitrocerámica, media potencia. Armario, vaso, exprimidor. Frutero, naranjas, zumo. Vuelta a las rebanadas de pan. Armario, zumo de oliva, monovarietal.

Son costumbres. Apago la vitro. Armario, bandeja. Aceite en una rebanada, la otra al calor, hasta que le toque su turno.

Silencio. Enjuago el exprimidor, el vaso y la bandeja. Apago la luz y salgo al pasillo, oscuro.

Ya en el baño, la luz me descubre una cara, ¡vaya cara! Afeitado, ducha, ropa, llaves, puerta, con cuidado. Para no despertar a nadie. Son costumbres.

Bajo al portal y salgo a la calle. Como todos los días. Miro al cielo, oscuro, a veces iluminado por la luna, por encima de las farolas. Es bonita la luna ¿verdad?

Unas zancadas y doblo la esquina. Mis pasos van directos hacía el único bar que está abierto, -Buenos días.
-Buenos días. Se oye desde el otro lado de la barra, desde la cocina. Como todos los días. Se cruzan pocas palabras a estas horas. Alguna noticia de la noche anterior, cómo está esto, no sé dónde vamos a llegar... El café está listo. No, no hace falta decir cómo lo quiero. Son muchos cafés. Dejo las monedas sobre la barra, -Hasta luego. -Hasta luego- Se oye desde la cocina.

El parking está oscuro. ¿Dónde dejé el coche ayer? Cómo casi todos los días. Un tipo de amnesía que, según me cuentan, es frecuente. Y mientras trato de recordar, busco las llaves en el bolsillo. Y recuerdo algo, casi a la misma vez que suena el bip-bip que abre las puertas del coche. Miro las llaves y aprieto el botón: - Bip- se cierran las puertas. 

Me apoyo, de pie, en la puerta cerrada, ("puerta cerrada", curiosa imagen) y miro a la luna. Enciendo un cigarro. Caladas profundas. Y me sonrío. De mi mala memoria. De las costumbres. Hoy, no tengo ningún sitio a dónde ir. Anoche, sin reparar en la nueva situación, puse el despertador, cómo todos los días.






2 comentarios:

Paco Muñoz dijo...

Afortunadamente tu no tienes como otros que tomarte las pastillas para la tensión, que para que sean más baratas tienes que hacer la formula magistral partiendo algunas para que la dosis sea la correcta. Si tienes dolor de espalda y haya que echarle al cuerpo Ibuprofeno hay que tomar Omeoprazol antes, y si quieres hacer algun exceso echar mano de na dosis de Tadalafilo. Vamos la farmacopea mañanera completa. Tu hablas de zumos, pan integral, etc. y eso sin olvidar que dices cochera, donde el espacio a buscar es reducido, algunos, que además tienen el bip bip roto, tienen que buscar en un radio para el que usar Google Earth. Pero como cada vez uso más el de San Fernando tampoco eso es un problema. Es decir una leche y que a todo hay quien nos gane.
Un abrazo.

@pepejavier dijo...

Gracias Paco por pasar por aquí. Agradezco tu comentario y lamento tu estado de salud.
No, no hablo de enfermedades ni farmacopea. No era la intención de este post. Pero podría hablar.
Hace unos días me preguntaban en Twitter "¿Salud, dinero, amor?" Sin dudarlo un momento dije algo así como "Salud, lo demás se busca", esa es mi experiencia.
En cuanto a "cochera", dije "parking", por no alargar con público en mitad de la calle, a pesar de que el coche es/era una de mis herramientas, una de la que más tengo que cuidar, más que nada por mi propia seguridad, es una inversión no un gasto.
La intención era transmitir un estado de ánimo, sin dramatizar.
Hoy día, a ciertas edades y con la que está cayendo, comenzar a buscar un nuevo empleo, puede ser, de hecho es, una aventura en la que cada día te dejas un poco de la salud. Pero, por suerte, y ahora con un par de euros para la receta, lo de la salud, sino es muy grave, nos lo va solucionando la Seguridad Social.
De nuevo, gracias por pasar por aquí.