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domingo, 17 de junio de 2012

Donde comen seis, comen siete. ¿o no?

mesa para seis
Mesa para seis.
Sabía que podría haber algún problema. Pero también confiaba en Elena. Elena era la jefa de sala del restaurante donde habíamos reservado mesa para seis.

A última hora se nos unió un amigo más a las tres parejas. ¡Siete! ¡Un sábado por la noche en un local de moda.

Eran más de las diez, y la sala estaba a rebosar. No obstante, había una especie de paz sobrevolando el local. A pesar de los movimientos rápidos del servicio, que casi volaban entre las mesas.
-¡Por todas las brasas del Infierno! - No me gustó el tono de Elena.- Me dijiste que iban a ser seis personas. Y mira cómo está esto. ¡Me haces esto un sábado por la noche! ¿Cómo crees que lo voy a solucionar? ¡Sólo tengo la mesa de seis; y no sabes lo que me ha costado!


Elena se mordisqueó un labio y se iluminaron sus ojos. ¡Ya sabía yo que podía confiar en ella! 
-¡Javier sientaté tu el primero y coge en tus rodillas a Inma. Va a ser solo un momento!- Y así lo hicimos.

-Ahora, la tercera: Xiomara, por favor, al lado de Javier. Carlos, el cuarto comensal, al lado de Xiomara, en la tercera silla. Después, la quinta: Luisa, en la cuarta silla. El sexto: José, en la quinta silla por favor. Y ahora, por fin, Inma, la séptima, puedes levantarte de las rodillas de Javier y tomar asiento en la sexta silla.

Todo arreglado. ¿o no? Una paradoja que parece vulnerar el teorema que establece que ningún conjunto finito  puede quedar en correspondencia biunívoca (biyectiva) con otro conjunto que conste de distinto número de elementos.

2 comentarios:

Paco Muñoz dijo...

Por más vueltas que le doy al final se sientan sólo los seis, ¿Dónde está el séptimo?¿Dónde se sienta?Es posible que no lo haya comprendido pero me salen seis comensales. Javier, Xiomara,Carlos, Luisa, José e Inma. Ninguno más

@pepejavier dijo...

Paco, gracias como siempres. Por ahí van los tiros justamente.